Arriba, en el vértice más alto del campanario, se encuentra mi cordura. El viento la mece y mueve como una veleta, a su merced. De vez en cuando algún pájaro se posa en ella para descansar y para alimentarse un poco. El paso de los días, el continuo contacto con el Sol, la lluvia y el frío la desgatan, la hacen más sensible. Cada vez es más débil su sujeción, la campanas que resuenan y hacen temblar los mismísimos cimientos de la iglesia la torturan y agitan como un sonajero. Ahora pende de un hilo, un hilo que cada día pierde una fibra, cada vez más cerca de la caída. Pero tranquilos, tengo la solución, voy a escalar esa torre, paso a paso, buscando las piedras más seguras y sólidas. Miro al suelo y veo que estoy demasiado alto, un mal paso acabaría conmigo. Sigo escalando, me está costando mucho, el esfuerzo está siendo sobrehumano. Abajo decenas de curiosos observan mi escalada y me llaman la atención, gritándome que voy a acabar en el suelo. Mis manos están sangrando, cada vez el viento sopla más fuerte, cada vez es más probable despeñarse, pero sigo confiando en mi y sigo mi ascenso. Cada vez las piedras están más sueltas. Llego a lo alto, pero hay tejas muy antiguas y sueltas que caen al vacío, hiriendo a gente y poniendo en peligro sus vidas. Solo quedan 2 metros, mi pulso se acelera aún más, la sangre es bombeada a un ritmo frenético, mis pupilas se dilatan, apenas escucho las voces de los viandantes, tan solo oigo mi pensamiento. Y entonces, allí la veo, colgando de una fina fibra muy frágil. La intento rozar lo más delicadamente que puedo, el tacto de mis manos la desestabiliza, el aire que sale de mis pulmones la balancea. En un descuido el hilo se rompe y empieza a caer, consigo cogerla al vuelo... Con toda la fuerza del mundo consigo clavarla en lo más alto de la cruz, atravesándola como si de una daga se tratara. Ahora toca bajar y dar explicaciones a las autoridades correspondientes, lástima que no traje un paracaídas, todo hubiera sido más sencillo. Por lo menos ya no me volveré loco...
Loco es aquel que pierde la cordura sin tan siquiera darse cuenta.
Por cierto, me acabo de levantar porque no podía dormir, es lo malo de acostarse temprano, jajajajaja.
Mmmmmh espero que al menos no te la hayas cargado atravesándola con la cruz x)
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