miércoles, 16 de marzo de 2011

Mechero

   ¿Se le ha acabado el gas al mechero?, no, parece que no. Todavía suena, pero está mojado no hace chispa. Encima estaba empapado de aceite, me he puesto pringado. Y esa botella, me mira desde el quinto rincón de esta habitación, diciéndome, tírame por la ventana o quémame. Y mientras me abro paso entre el laberinto de sillas y bolsas de plástico, tropiezo, y caigo al suelo. Por dios, cociné macarrones hace dos semanas. Los platos todavía sin fregar. Conseguí levantarme del pegajoso suelo y mi ropa quedo impregnada de todos los sabores inimaginables. Voy a tomarme un café para que se me pasen los nervios, voy a tomarme un whisky para intentar acordarme, voy a pensar en ti para ver si te olvido, voy a comprar condones para ver si te dejo embarazada. Puta, ahora que consigo dormirme empieza a llorar el bebé del vecino, lo cogía de la cabeza y lo volvía a meter de donde salió. Encima, la puta luz del láser del ratón no me deja pegar ojo. Me duele la cabeza de pensar si me he acordado de ver el partido de hoy y de si he limpiado las manchas de tomate que había por toda mi habitación. Y al abrir la puerta, zas golpe con el cubo de la fregona, todo perdido de agua. ¿Y ahora qué?, empiezo a sangrar por la nariz y he manchado la almohada, con lo áspera e incómoda que era. Siempre me quedarán mis altavoces rotos, con los cuales puedo escuchar notas irreales e inexistentes. Viva Iniesta y Chenoa. ¿Qué sentido tiene todo esto?, ¿Qué pinto yo en este mundo?.

4 comentarios:

  1. Y todo esto ha sido causa de la botella, que te miraba mal, te sentías observado, verdad? XD.
    No estas loco.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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