A veces es bueno echar una mirada al pasado y ver los cambios que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida. Corremos sin sentido, intentando ir hacia delante como si quisiéramos escapar de nuestro pasado y dejarlo atrás. Volver al punto de partida no es retroceder, al contrario, te hace ser mucho más fuerte, te hace ver que después de todos los momentos que has vivido merece la pena seguir caminando. Te hace plantear la vida de otro modo, pensando menos en el miedo y más en los sueños. Te muestra que merece la pena apostarlo todo, ya que al fin y al cabo, si pierdes, levantar la cabeza solo es cuestión de tiempo, una pequeña condena comparado con la grandiosa recompensa que te llevas al ganar.
Pensamos constantemente en un futuro mejor, un futuro en el cual ponemos todos nuestros sueños, un futuro que creemos que tarde o temprano llegará. Pero la vida no es generosa, la vida nos exige un sacrificio a cambio de un sueño, por lo que las cosas no van a venir solas, tienes que salir a la calle e ir a por tus objetivos. Se ambicioso, se impaciente, se emprendedor y ten algo claro, siempre se acaba echando una mirada al retrovisor de la vida, ya sea hoy, el mes que viene o en tu lecho de muerte, cuanto antes lo hagas antes podrás ver tus fallos y rectificarlos, sino, cuando estés al borde del abismo y todo te caiga de golpe, verás la asquerosa vida que has dejado atrás.
Errare humanum est.
ResponderEliminarY rectificar, de sabios :)